Es innegable que la bicicleta ha comenzado a ser un actor cada vez más visible en las ciudades mexicanas para ganarse un lugar como una opción real de movilidad, sin embargo aún existen muchos mitos respecto a su uso en las mal planeadas urbes de nuestro país. ¿Y si me atropellan? Está muy lejos mi trabajo. No quiero llegar sudando. No hay ciclopistas para circular. Esos son sólo algunos de los ejemplos –muy razonables- del porqué la sociedad prefiere subirse al coche. No podemos culparlos por pensar así, pero ¿será que tienen razón?. Mencionemos algunos antecedentes del porqué en el pasado prefirieron las 4 ruedas:
*El Futurama
Pasada la Segunda Guerra Mundial, los ganadores decidieron cómo se repartiría el mundo y qué sistema económico y político nos impondrían. Del lado americano, los estadounidenses se basaron en el capitalismo para no sólo diseñar los destinos financieros del resto, sino también para edificar sus ciudades. La abundancia y el exceso era la moneda de cambio de los vecinos del norte, por ello comenzaron a fabricar coches gigantes con motores devoradores de combustible para mostrar músculo. En los años 50 comenzaron las grandes autopistas, las ciudades dispersas y las calles anchas para que todos vieran al automóvil como el único medio de transporte; acababa de nacer El Futurama, maquilado principalmente por General Motors y General Electric.
*Tropicalizado
A México llegaron las primeras armadoras de coches para hacernos sentir el american life style. Buick fue el buque insignia que se instaló en el centro del país para que los mexicanos tuvieran autos de calidad, y cabe decir que fue un rotundo éxito. El gobierno de la república pensó que sería buena idea aplicar lo que hacían los americanos, pero como es bien sabido, lo copiamos mal y “diseñamos” nuestras ciudades pensando en el automotor y no en el peatón. Tropicalizamos el estilo y todos conocemos el desenlace. Ciudades colapsadas y peatones en peligro. Ahí surgieron los aberrantes puentes “peatonales”.
*Holanda y su visión cero.
Seguramente has escuchado que Holanda y Dinamarca son el edén de las bicis, pero no siempre fue así. En los años 60, al igual que en México, los Países Bajos tenían una política cochecentrista, pero algo cambió el rumbo: Muchos niños estaban perdiendo la vida a causa de accidentes viales; ya no podían salir a jugar por miedo a ser atropellados. La sociedad sale a las calles y exige al gobierno que retome los bicicarriles y castiguen al coche (como alguna vez lo fue). Ahí comenzó el cambio de paradigma en movilidad.
Entonces caminar, usar transporte público y/o la bici no eran opción, porque pues, era de pobres; aunado a la abundanc ia del petróleo y a la cada vez mayor natalidad en el mundo, comenzó la era de las metrópolis. Según estadísticas, entere más yacimientos petroleros se encontraban, mayor población había, al punto que nacían más personas de las que morían. Algo nada natural si tomamos en cuenta que hasta hace 60 años crecíamos al 2% de población al año. Hoy somos 8% más anualmente y no se ve cómo pare.
Es así como llegamos al siglo XXI y nos dimos cuenta que nuestro modo de vivir era insostenible: Los mismos recursos naturales y más habitantes que los demandan.
En el caos se fundaron diversas organizaciones civiles, basado en el caso holandés, y la bici volvió a la agenda hasta lo que se ha logrado hoy.
Razones para decir sí a la bici
- Porque todos ganamos. Se sabe que dejar el coche en casa no sólo es bueno para el medio ambiente por la reducción de gases de efecto invernadero, también porque el carro te cuesta $35,000 pesos al año. En la salud, ¿sabías que puedes bajar 6 kilos al mes si le das diario a pedalear?
- En zonas de Londres, CDMX, París y Berlín donde se cerraron calles para hacerlas peatonales y ciclistas, hubo mejoras económicas en los comercios, la gente se quedaba más tiempo en ese lugar y se pacificó la zona en delincuencia y ruido automotor. Al llegar en bici compras más seguido que en auto y no tardas nada en estacionarte.
- Realmente la mayor razón pudiera ser morir arrollado, pero es más un mito que realidad. Por pura estadística es muy poco probable que te pase algo con un coche, ya que todavía somos pocos ciclistas urbanos. Entonces si tomas un carril para ti en avenidas secundarias, lo único seguro es que te griten o toquen el claxon, pero no que estés en riesgo. Anímate a rodar. Mata más la mala infraestructura que por la pericia del ciclista, pero ese es un tema que tocaremos en otro post.
- Nadie que se suba a una bici se pone triste. Nadie, les digo.
- Disfrutas mucho más tu ciudad o comunidad y te da un sentido de pertenencia que no imaginas.
- Como es un vehículo que te permite ver lo que te rodea a escala humana, conoces mucho más el lugar donde vives sin perder detalle. ¿Un nuevo café, una heladería, una chica o chico guapo? En bici los verás.
- La bici es la opción para máximo 5 kilómetros, además de ser 4 veces más rápido que caminar.
- Si vas a velocidad moderada prácticamente no sudarás, sin embargo es buena idea llevar un cambio contigo. Comienzan a haber empresas que tienen regaderas en sus instalaciones.
- Si recorres al menos 15 minutos en bicla, tu cerebro liberará químicos que te pondrán de buenas.
- La bici cambia sociedades y las hace más humanas; es un vehículo democrático y muy noble.
Moverse en 2 ruedas es una decisión, que si la practicas 21 veces consecutivas, ya no habrá vuelta atrás.