Sí, lo sabes bien, gastaste todo tu dinero como si no hubiera mañana en las fiestas decembrinas. Y claro, viene la dura realidad de enfrentar las deudas adquiridas.

Cuando se acerca el fin de año te prometes que esta vez no gastarás tanto, que harás compras inteligentes y te quedarás con saldo a favor… Llega enero, el mes que tiene una cuesta enorme y te das cuenta que no sólo no cumpliste tu promesa, sino que, además, gastaste más de lo presupuestado. ¿Te ha pasado?

No es tu culpa, todo está diseñado para que la tentación de comprar sea irresistible… promociones, meses sin intereses, envío gratis; ves en la tele productos que, según ellos, necesitas con urgencia, y caes redondito.

Aunque seamos sinceros, tampoco somos muy analíticos a la hora de comprar. Nos gusta y lo queremos, luego vemos cómo lo pagamos. La inmediatez es nuestro talón de Aquiles.

Los Milenials, sin embargo, nos dan una lección ya que son la generación que más analiza sus compras. Gastan menos y gastan mejor. Un ejemplo es que se autoregalan bicicletas, y no como por la moda de salir a rodar, sino porque ¡la van a usar como vehículo!

Es decir que invirtieron, así lo hicieron en dispositivos móviles, laptops y otros gadgets para generarles ingresos ya que muchos de ellos son emprendedores; además creen en el desarrollo económico al comprar local y artesanal dando un valor agregado a su sentido de pertenencia.